BUENOS AIRES.- El Gobierno, la CGT y los empresarios nucleados en el Grupo de los Seis tendrán hoy una reunión marcada por la tensión del reclamo sindical por un bono de fin de año para todos los trabajadores con un piso de $ 2.000. La oferta oficial está acotada a quienes perciben la jubilación mínima y la Asignación Universal por Hijo y hay reticencia patronal a generalizar el adicional solicitado.
El primer encuentro del “Diálogo de la Producción y el Trabajo” está convocado para las 10 en Casa de Gobierno y se espera la presencia del jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana.
Antes de la reunión, Macri pidió a la dirigencia sindical una actitud prudente e inteligente, que permita resolver obstáculos y de esa forma ir generando empleo en el país, en tanto Triaca advirtió que no se impondrá un criterio a las provincias para el eventual pago de un bono a empleados públicos, mientras que en el caso de los privados sostuvo que se deberá ver sector por sector.
Al mismo tiempo, el Gobierno y la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) están explorando caminos para que la Iglesia Católica se sume al diálogo sectorial impulsado por el Poder Ejecutivo. Sin embargo, desde esa institución ya anticiparon que los obispos no se sentarán en la mesa del Diálogo por el Trabajo y la Producción.
Tras la cordial reunión que el presidente Macri mantuvo con el papa Francisco en el Vaticano el sábado, la comisión ejecutiva del Episcopado que preside monseñor José María Arancedo recibió una invitación telefónica para sumarse al diálogo. “La Iglesia celebra la iniciativa de diálogo pero no es un miembro de la mesa. Animamos al diálogo pero los que tienen que dialogar son el Gobierno, los empresarios y la CGT”, dijeron fuentes episcopales desde Roma, donde aún se encuentra la cúpula de la CEA tras la ceremonia de canonización del Cura Brochero.
De esta manera, el Episcopado le respondió al Gobierno lo mismo que ya le había expresado en la reunión que mantuvieron a fines de septiembre en la sede de la calle Suipacha una delegación de funcionarios encabezados por Marcos Peña, con Arancedo, el vicepresidente del Episcopado, el cardenal Mario Poli, y el secretario general, monseñor Carlos Malfa.
En aquel encuentro, los obispos le dijeron al Gobierno que la Iglesia podría ofrecer el espacio, pero no convocar ni ser parte, como fue la experiencia del Diálogo Argentino convocado tras la crisis del 2001-2002, porque en aquel momento la situación del país era distinta.
Conflicto en puerta
Por su parte, uno de los tres secretarios generales de la CGT, Carlos Acuña, advirtió ayer que si las autoridades gobiernan sólo para los patrones, tendrán el conflicto en la puerta y alertó que el presidente Macri se comprometió a terminar con el impuesto al salario y a la pobreza cero y ahí está mintiendo.
Horas antes de la reunión que la CGT y el sector empresario mantendrán en la Casa Rosada con altos funcionarios, Acuña aseguró: “en estos 10 meses de gestión el Gobierno ha mostrado un perfil más bien patronal y esperemos que esta situación se pueda revertir. No puede ser que haya gente con la desocupación que hoy tenemos”.
En este sentido, dijo que reiterará su reclamo para que el bono de fin de año -que el Ejecutivo fijó en $ 1.000 para jubilados y sectores que reciben la Asignación Universal por Hijo- tenga un piso de $ 2.000 como referencia y que cada sindicato discuta la compensación con su sector.
En tanto, La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, convocó para hoy a representantes de las organizaciones sociales y de la Iglesia, en una mesa tripartita por el diálogo social que se realizará una hora después del encuentro entre los funcionarios y la CGT. (Télam-DyN)